Una mirada desde el CIPAC sobre el presente y futuro de la panificación.
Del 9 al 12 de junio, se celebró en Córdoba la feria internacional FITHEP Centro Expoalimentaria 2025, uno de los encuentros más importantes de la industria alimentaria en la región.
El evento reunió a profesionales, empresas y marcas líderes vinculadas a la panificación, heladería, pastelería, chocolatería, confitería y food service, con foco en innovación y tecnología para el sector. Y desde Trigar estuvimos presentes, acompañando a quienes hacen del trigo y sus derivados un pilar de calidad, cultura y desarrollo.
Durante nuestra cobertura, uno de los testimonios más inspiradores vino de Fernanda Curvino, integrante de la Comisión Directiva del Centro Industriales Panaderos y Afines de Córdoba (CIPAC). En diálogo con Trigar, compartió una mirada profunda y comprometida sobre el rol de la harina, el pan en nuestra cultura y en la formación profesional del sector.
'La feria es un espacio fundamental. Córdoba celebra esta segunda edición con empresas gigantes, y es clave que las cámaras como CIPAC y escuelas estén presentes', afirmó.
Desde la Escuela, el foco está puesto en la capacitación y en recuperar una relación más sana y natural con los alimentos.
'La harina es nuestra vedette. Nunca mató a nadie. Hay que sacarnos el miedo de consumirla y aprender cómo llega al organismo. Para eso trabajamos con nutricionistas que nos acompañan', explicó Curvino. Es importante abordar el consumo desde la educación y la conciencia alimentaria.
No se trata solo de cocinar, sino de entender que el pan es un alimento básico que más allá de las modas o restricciones alimentarias, sigue ocupando un lugar esencial en nuestras mesas.
'PAN significa Primer Alimento Necesario', indicó. Hay que volver a ese consumo de amasar con paciencia y disfrutar sin apuro.
Curvino también destacó el rol de ferias como Expoalimentaria en revalorizar el producto panificado, sea con o sin gluten, con o sin harinas tradicionales, pero siempre con foco en la calidad, la innovación y el impacto en la salud.
En un contexto donde la rapidez muchas veces prima sobre la calidad, la clave está en recuperar el valor de lo simple y lo bien hecho, como ese pan que preparaban nuestras abuelas: amasado con dedicación, tapado con un trapo, reposado y compartido días después, cuando el sabor y el amor ya estaban bien asentados.
Como bien expresó Fernanda Curvino, 'se vuelve a lo natural, más allá de todo lo que tenemos a mano.' Una invitación a mirar hacia atrás para volver a avanzar con conciencia.